Durante cerca de trescientos años, los pilares del mundo conocido se tambalearon bajo el acero de los pueblos del Norte. Nadie sabía nada de ellos, pero pronto comenzaron a llamarles el Azote de Dios. Sin embargo, no sólo fueron guerreros y piratas. Fueron toda una cultura. He aquí algunos vestigios de su era.
Historia y Cronología
Población Escandinava
Cuando el caparazón de hielo que recubría las tierras nórdicas se fue retirando progresivamente y cuando las costas tomaron el aspecto que presentan en la actualidad, Escandinavia empezó a poblarse lentamente. Tribus que vivían de la pesca y de la caza se asentaron a lo largo de las costas y penetraron hacia el interior de las tierras, siguiendo las vías fluviales.
Cuando el caparazón de hielo que recubría las tierras nórdicas se fue retirando progresivamente y cuando las costas tomaron el aspecto que presentan en la actualidad, Escandinavia empezó a poblarse lentamente. Tribus que vivían de la pesca y de la caza se asentaron a lo largo de las costas y penetraron hacia el interior de las tierras, siguiendo las vías fluviales.
Los descubrimientos arqueológicos demuestran que los antepasados de los vikingos eran ya marinos,, agricultores, guerreros y mercaderes.
Entre las poblaciones que vivían a orillas del mar, la embarcación se impuso desde un principio como un instrumento indispensable para los desplazamientos y la pesca. En los yacimientos arqueológicos más antiguos abundan los restos de peces marinos. Los barcos figuran en numerosos grabados rupestres, aunque tal vez tuvieran exclusivamente un valor de símbolos religiosos. Sus dibujos, esquemáticos por regla general, se inspiran probablemente en los que trazaron los pueblos escandinavos de la antigüedad. Los armazones de las embarcaciones usadas para navegar por el mar parecen haber estado recubiertas con pieles, mientras que la madera se reservaba para las destinadas a las aguas más tranquilas de los ríos y los lagos. Hasta principios de la Edad del Bronce nórdica (de 1500 a 400 a. C.), los barcos de madera fueron sin duda simples piraguas, troncos de árboles ahuecados.
Las excavaciones llevadas a cabo en Dinamarca, en las landas de Jutlandia y en Escania, han puesto al descubierto campos de la Edad del Hierro celta, con huellas de cultivo de trigo, avena, cebada, mijo y lino. Los enfrentamientos bélicos debían ser frecuentes, ya que los grabados rupestres encontrados en Escandinavia reproducen a menudo escenas de combates en tierra o en alta mar.
Hacia el 1500 a. C. las poblaciones escandinavas empezaron a utilizar los metales. Para la confección de objetos de hierro disponían de materia prima abundante en forma de un mineral de bastante mala calidad, la limonita. La falta de minerales de estaño en Europa del Norte no permitía la fabricación de aleaciones de bronce, por lo cual parece haberse desarrollado un comercio entre Jutlandia y Europa central mucho antes de la era cristiana. Las poblaciones recibían la aleación que les era indispensable a cambio del ámbar recogido en las costas del Báltico. De los tres países, Dinamarca, Noruega y Suecia, sólo este último se hallaba organizado desde el punto de vista político. Los svears vivían bajo el yugo de soberanos que habían logrado imponerse por la fuerza a alguno de sus vecinos. Conocemos pocos detalles que tengan cierto interés histórico con respecto a los reyes de Uppsala, de la dinastía de Ynglinga, a no ser que existieron realmente y que representaron un papel político y religioso importante durante el período que precedió al comienzo de la era vikinga. El poema de Beowulf se refiere a unos soberanos que reinaron en Dinamarca, pero se trata de una obra mítica y no se puede considerar como una fuente válida. En Noruega, los pobladores de la región de Vestfold, en la costa oeste del fiordo de Oslo, parecen haber recnocido la autoridad de jefes únicos en las personas de Halvdan Vitben (hacia 685-745) y su hijo Oystein Fret (710-750).
Al comienzo de la era vikinga, subsistía todavía un lazo entre las tribus nórdicas y ciertas tribus germánicas. Se podía considerar a los daneses y los sajones, procedentes de regiones vecinas, como primos hermanos. Pertenecían a la misma rama lingüística y sus costumbres eran semejantes.
Cuando las poblaciones nórdicas salieron de su torpeza, un atavismo les predisponía a tomar las rutas de la aventura. Les habían precedido otros escandinavos, convertidos en germanos que, varios siglos antes, abrieron los caminos en dirección al sudeste de Europa y las orillas del Mediterráneo occidental.
Escandinavia antes de los Vikingos.
Los primeros escandinavos fueron pueblos nómadas que vivían de la caza, la pesca y la recolección de plantas silvestres. Vivían en campamentos temporales, situados a lo largo de las costas principalmente, a orillas de los ríos y de los lagos, para beneficiarse de sus recursos alimenticios (pescado, crustáceos, mamíferos y aves marinas y los animales que rondaban por los campos cercanos. Persiguiendo la caza cambiaban de sitio sus campamentos y por lo tanto dejaron pocos vestigios aparte de sus herramientas y armas, hechas de sílex y otras piedras y algunas sepulturas de personas que fueron enterradas junto a los campamentos. Este tipo de existencia migratoria y muy diseminada prosiguió durante unos 4.000 años y los arqueólogos la conocen con el nombre de período mesolítico.
La Edad del Hierro: los Orígenes de la Época Vikinga.
Hacia mediados del primer milenio a.C. tuvo lugar otra revolución tecnológica, cuando el hierro sustituyó al bronce como material para la mayoría de las herramientas y armas. La idea de usar hierro se introdujo, como el uso del bronce, desde Europa central, pero esta vez el metal no tuvo que ser importado. En los lechos de los lagos de Noruega, Suecia y Dinamarca hay abundantes fuentes de mineral de hierro que se puede conseguir fácilmente. Conocidos como mineral de pantano o mineral de lago, estos depósitos se sacaban a la luz muy simplemente, sin necesidad de ser excavados. El mineral en sí no es de gran calidad y contiene muchas impurezas, pero los escandinavos aprendieron pronto a extraer hiero utilizable fundiéndolo en hornos sencillos. Al principio, las herramientas y armas hechas por los herreros de los comienzos de la edad del hierro eran pocas y sencillas, pero la habilidad y el repertorio de los artesanos escandinavos aumentó a lo largo de los siglos hasta que sus productos estuvieron en pie de igualdad con cualquier otro hecho en otro lugar de Europa.
La edad del hierro duró unos 1.500 años y ha sido dividida en varias fases cronológicas diferentes. La edad del hierro primitiva (también llamada la edad del hierro celta o la edad el hierro prerromana) abarca los primeros 500 años del período. La edad del hierro romana señala la época en que el imperio romano dominaba el continente europeo (desde el siglo I hasta el IV d. C.) e influía en la cultura escandinava, aun cuando Escandinavia nunca formó parte del imperio. Los siglos V y VI son conocidos como el período de migración (con referencia a las migraciones en masa de este a oeste a través de Europa); en Dinamarca, este período también se llama la edad del hierro germánica primitiva. El siglo VII y el principio del siglo VIII son conocidos como el período de Vendel (en Suecia), el período merovingio (en Noruega), o la edad del hierro germánica avanzada (en Dinamarca). Después viene la época vikinga, cuyo comienzo generalmente se sitúa alrededor del 800. El final de esta época coincide más o menos con la introducción del cristianismo en Escandinavia (a finales del siglo X en Dinamarca y algo más tarde en otros sitios).
La Edad del Hierro Primitiva (Siglos V-I a.C.)
Los primeros cinco siglos de la edad del hierro permanecen relativamente desconocidos, ya que se conocen muy pocos asentamientos de ese período. La agricultura debía se aún el sostén económico, pero la evidencia de un empeoramiento climático desde los últimos siglos de la edad del bronce sugiere que la productividad podía haber decaído. Grontoft, una población rural al sur de Jutlandia que data del 200 a.C., arroja alguna luz sobre aquellos granjeros de la edad del hierro primitiva, cuyas viviendas tuvieron que ser muy similares a las de sus predecesores, agrupadas en poblados rodeados de vallas. En Grontoft vivían probablemente unas 50 personas y unas 60 reses, pero resulta difícil saber si esto era entonces una comunidad de tamaño medio. Sin embargo, hay señales de que los asentamientos rurales estaban aumentando en número y tamaño hacia finales de la edad del hierro primitiva. Una vez más, los indicios provienen principalmente de Dinamarca, donde varios emplazamientos de colonias ocupados durante este período, han sido reciente y extensamente excavados. Hodde, en Jutlandia, es uno de los asentamientos rurales del siglo I a. C. que se han encontrado en esa zona y tiene muchas características que se encuentran presentes en las aldeas danesas hasta el comienzo del período vikingo. En su máxima extensión, Hodde contó con 27 granjas, cada una compuesta de una casa larga con la vivienda y la cuadra bajo el mismo techo y un par de edificios subsidiarios más pequeños, tal vez graneros o talleres. Cada complejo estaba rodeado de una valla y la aldea entera estaba cercada por una valla común con puertas que permitían el acceso directo de cada granja a sus campos. Había una zona abierta (un campo comunal o plaza del pueblo) en el centro de los poblados. Una de las granjas era mucho mayor que las demás y puede que alojara al jefe de la aldea, con su familia y sus criados. La herrería, la fabricación de cerámica, la tejeduría y el hilado eran actividades corrientes, pero la vida de aldea se basaba en la cría de ganado y la agricultura, siguiendo las tradiciones de la edad del bronce, pero a mayor escala.
Otros emplazamientos en Jutlandia muestran que junto a esas aldeas también había asentamientos agrícolas más pequeños con sólo dos o tres granjas, pero no sabemos por qué había tan grandes variaciones en la escala de establecimiento en el campo danés.
La práctica de hacer ofrendas votivas y sacrificios continuó durante toda la edad del hierro. La enorme mayoría de las ofrendas recuperadas son armas, vasijas de cerámica o de metal que contenían alimentos y animales, pero varios descubrimientos espectaculares de sacrificios humanos han sido hechos en las turberas de Jutlandia. Esa gente del pantano (algunos están expuestos en los museos daneses en un increíble estado de conservación) nos permite reconstruir con una exactitud asombrosa el físico y el aspecto de alguna de la gente que vivió en las colonias agrícolas escandinavas durante la edad del hierro primitiva.
Casi todos estos cuerpos han sido hallados accidentalmente por gente que extraía turba de los pantanos de Jutlandia, aunque algunos también han sido encontrados en situaciones parecidas en las islas danesas y en otras partes al noroeste de Europa. Sabemos que son víctimas sacrificatorias porque sus pies y manos están atados y en algunos casos llevan un nudo corredizo ajustado alrededor de sus cuellos. A algunos también les han cortado el cuello. La acidez de los suelos de turba ha conservado su piel y su pelo e incluso el contenido de sus estómagos, de un modo tan extraordinario que podemos descubrir detalles tales como su modo de peinarse e incluso lo que comían. Sabemos, por ejemplo, que el hombre de Grauballe, cerda de Silkeborg, en Jutlandia, había comido unas gachas de cebada, avena y trigo con algunas semillas de hierba poco antes de que le cortaran el cuello, un día del siglo I a. C.
La Edad de Hierro Romana (Siglos I-IV d. C.)
Aunque el depósito de sacrificios en las tierras húmedas continuó durante toda la edad del hierro romana, pueden observarse algunos cambios notables en la naturaleza de las ofrendas. Casi todos los
objetos que pertenecen a este período son armas de guerra y, especialmente en Escandinavia meridional, son de origen romano. Se puede suponer con seguridad que fueron botín tomado en la batalla y arrojado al lago, pantano o río como una ofrenda de gratitud por la victoria en la guerra. Estos depósitos pueden por lo tanto indicar que hubo numerosas escaramuzas en aquella época entre
los escandinavos y los vecinos del sur, que aunque no formaban parte del imperio romano eran
aliados de los romanos y tenían armas romanas. Algunos escandinavos también pudieron haber
dejado sus tierras para servir como mercenarios en las armadas romanas, regresando a su hogar
después de su turno de servicio con objetos de valor y artículos lujosos de fabricación romana.
Muchos de esos objetos llegaron hasta las tumbas, simbolizando tal vez la vida aventurera y la alta posición social de los individuos allí enterrados.
No todos los productos del impero romano llegaron a Escandinavia por esos medios. Durante los cuatro siglos de la era romana en la Europa continental hubo, sin duda alguna, un contacto pacífico entre los pueblos escandinavos y las zonas romanizadas del sur. Algunos de los artículos más espléndidos, como vasos de vidrio, de bronce y de metales preciosos que han sido recuperados pudieron haber llegado a Escandinavia a través del intercambio de regalos entre familias dirigentes de cada lado de la frontera, pero otros objetos más corrientes llegaron sin duda a través del comercio. Se encuentran en Noruega, Dinamarca y Suecia central y meridional, pero a finales del período son
más comunes en la isla de Gotland, bien situada en medio del mar Báltico. La distribución de los hallazgos señala las rutas por las cuales las mercancías de comercio viajaban desde Europa central y meridional: a lo largo del Elba y del Rhin y por el litoral occidental hasta la costa báltica, Gotland y Suecia central. Las joyas, la cerámica y las monedas (denarios) atestiguan este comercio. Tuvieron una influencia importante en el desarrollo posterior de los estilos artísticos y los artefactos escandinavos.
Es difícil saber con seguridad qué productos escandinavos se cambiaban por los objetos romanos, más duraderos, pero sin duda las pieles del norte desempeñaron un papel importante. Los productos agrícolas, en particular los cereales y los cueros de reses, también estaban muy solicitados por las legiones romanas y probablemente constituían la mayor parte de las mercancías enviadas al sur. Los indicios señalan que las actividades agrícolas aumentaron en Escandinavia durante esos siglos y es más que probable que fuera en respuesta a un mercado más amplio. Las aldeas de Dinamarca aumentaron en número, tamaño y complejidad y en Noruega la agricultura se convirtió por primera vez en un aspecto importante de la economía. Se ocuparon y despejaron nuevas tierras para los cultivos y la ganadería, y se sabe con certeza que también se crió ganado en algunas de las pequeñas comunidades pesqueras dispersas al norte del Círculo Polar Ártico.
En los siglos de la edad del hierro romana pueden descubrirse por primera vez los comienzos de la organización social y política en Escandinavia que finalmente llevaron a la formación de reinos unos siglos más tarde y cabe suponer que los contactos culturales y comerciales con el imperio romano desempeñaron un papel importante en esta evolución. La mejor prueba de centralización política proviene de Dinamarca, donde surgió una clase de guerreros que se erigieron en jefes, dominando varias regiones del país, con una riqueza procedente del control sobre el comercio y la posesión de tierras y tal vez también con responsabilidades religiosas.
Recientemente se ha investigado un centro desde el cuela uno de estos jefes pudo haber operado, en Gudme, cerca de la costa oriental de la isla de Fionia, Dinamarca. Allí se estableció una colonia en el siglo I a.C., que aumentó su tamaño y su riqueza a lo largo de los siglos siguientes. Su época más próspera fue a finales de la edad del hierro romana (los siglos III y IV), pero siguió ocupada al menos hasta finales del siglo VI. Las excavaciones han mostrado que la colonia estaba formada por casas largas del tipo rural corriente, pero los objetos que se han descubierto dentro y alrededor de ésta son totalmente diferentes de los que normalmente se encuentran en las colonias agrícolas de aquella época. Los accesorios de oro de las armas, los anillos de oro y los trozos cortados de oro y plata indican que aquél no fue sólo un centro agrícola y el carácter excepcional de Gudme se recalca con el descubrimiento de pequeñas figurillas estampadas en hojas finas de oro, normalmente asociadas con centros de culto en el período de migración posterior. El propio nombre de Gudme tiene connotaciones religiosas: significa "el hogar de dios".
Un emplazamiento contemporáneo se encuentra en Lundeborg, en la costa, a unos 5 kilómetros. Las investigaciones han revelado que no fue una colonia permanentemente habitada, siendo estacionalmente ocupada, probablemente en verano y en primavera y fue un centro de comercio y de fabricación donde se importaban mercancías de lujo, se hacían joyas y se reparaban barcos. Por consiguiente, parece haber servido de mercado o de feria y de lugar donde los visitantes (muchos de ellos posiblemente peregrinos) habrían desembarcado de camino a Gudme.
Dankirke, cerca de la costa occidental de Jutlandia, parece haber desempeñado una función muy similar a la de Gudme, y pudo haber sido la base del poder de una jefatura que controló la región meridional de Jutlandia. Otros emplazamientos del mismo tipo tuvieron que existir en Dinamarca y en la península escandinava durante la edad del hierro romana, pero hasta ahora no han sido descubiertos, aunque sí se conocen sus equivalentes del período de migración.
El Período de Migración (Siglos V-VI)
El siglo V fue un período de gran confusión en el continente europeo al finalizar el imperio romano, siendo reemplazado por nuevas unidades geográficas como el imperio franco (actualmente Francia y los Países Bajos) y el reino visigótico de la península ibérica. Este proceso se inició con el movimiento masivo de pueblos que atravesaron Europa de este a oeste, pero las grandes migraciones sólo afectaron levemente a Escandinavia. Algunos zarparon desde el oeste y el sur de Dinamarca para establecerse al este de Inglaterra; otros pocos pudieron haber emigrado desde el suroeste de Noruega hasta el norte de Inglaterra. Pero, contrastando con lo que estaba sucediendo en casi todo el noroeste de Europa, el período de migración en Escandinavia parece haber sido de estabilidad y prosperidad, con una agricultura y un comercio florecientes.
En Noruega, la expansión agrícola que había comenzado en el período anterior prosiguió. Se han excavado muchos asentamientos en el suroeste del país que parecen representar granjas aisladas dedicadas a la ganadería, con algunos cultivos en los pequeños campos adyacentes. Las casas largas y rectangulares, hechas de piedra, albergaban a la gente y al ganado. Una granja típica consistía enuna casa alargada con varias dependencias más pequeñas, rodeada de un muro de piedra y con terrenos para el ganado también cercados con piedras. Se han encontrado granjas similares en Öland y Gotland, donde se practicaba la misma agricultura. La distribución dispersa de estas granjas las diferencia de los establecimientos en aldeas de Dinamarca, cuya extensión seguía aumentando.
El comercio y los trabajos manuales florecieron en el período de migración. Estas actividades parecen haberse combinado en lugares como Helgö, en el lago Mälaren, en Suecia central. Aquí, artículos importados como monedas de oro (solidi) procedentes del imperio romano del este y una figurilla de Buda originaria del norte de la India han sido encontrados junto a los moldes y los crisoles que se usaban para fundir las joyas de bronce del país. En Helgö también se han descubierto algunas figurillas en hojas de oro parecidas a las que se han encontrado en Gudme y sugieren que Helgö también pudo haber sido un lugar de prácticas religiosas. Estas figurillas (diminutas placas de oro fino estampadas con figuras masculinas o femeninas), eran ofrendas votivas y han sido encontradas en muchos otros sitios, pero la mayor concentración que se conoce está en Sorte Mulde, en la isla de Bornholm al sur del mar Báltico, donde se descubrieron nada menos que 2.300 durante las excavaciones de 1986 y 1987. Sorte Mulde tuvo que haber sido el centro de la jefatura de Bornholm, que controlaba el comercio marítimo del sur del mar Báltico. Fue el centro de producción de artesanía en la isla y parece que también fue el foco religioso de la isla.
Lugares como Gudme, Helgö y Sorte Mulde sugieren que los ritos asociados con la creencia religiosa se fueron concentrando en emplazamientos específicos durante el período de migración. El depósito de ofrendas votivas en pantanos, lagos y ríos, principal manifestación de la religión en épocas anteriores, cesó en el siglo VI.
A partir del siglo VI, los sacrificios se hacían normalmente con seres humanos y los objetos preciosos como las figurillas en hojas de oro y los bracteados de oro (colgantes parecidos a monedas) se enterraban en tierra seca, casi siempre en la proximidad de la residencia de un jefe importante. Este cambio fundamental en la práctica debe significar un cambio igualmente profundo en las ideas religiosas y sociales, y sostiene que los jefes regionales desempeñaban un papel de líderes tanto políticos como religiosos, siendo de algún modo los intermediarios entre los dioses y el pueblo. El período de migración fue en casi toda Escandinavia un tiempo de cambio religioso, político y social en un ambiente de prosperidad creciente: la agricultura se hizo más productiva y el comercio se desarrolló. Contrastando con el continente europeo, tuvo que ser un tiempo de paz. Y sin embargo, unas 1.500 fortalezas defendibles estaban siendo construidas más o menos al mismo tiempo. La mayoría no están excavadas y son difíciles de datar con exactitud, pero la primera fase de la fortaleza de Eketorp en Öland, por ejemplo, se remonta con seguridad a los siglos IV y V, y otros ejemplares investigados indican una ocupación en la misma fecha aproximadamente. La construcción de fortalezas se atribuye normalmente a períodos de agitación, pero la mayoría de los especialistas actuales creen que las fortalezas de Escandinavia en el período de migración se construyeron por razones totalmente diferentes. Probablemente representan centros de una sociedad bien organizada en la cual los centros regionales de poder estaban demarcados y eran claramente visibles para las poblaciones de los alrededores.
Reyes y Jefes Vikingos
Nombres Lugar de Operaciones Primero y Último Año de
Citación
Godfred Frisia, 810 804/muerto en 810
Saxolb Irlanda, 837 804/muerto en 837
Turgeis Irlanda, 839 839/muerto en 845
Haakon Irlanda, 847 847
Asger Aquitania, Sena, 851 841/851
Rorik Hamburgo, 843; Dorestad,
Inglaterra, 850 845/876
Ragnar Nantes, 843; Garona, 844; París 845 845
Godfred Nantes, 853; Frisia 876 853/muerto en 885
Olav el Blanco Irlanda, 853 853
Ivar Irlanda, 853 853/muerto en 873
Sidric Nantes, 854; Sena, 855 854/855
Björn Costado de
Hierro
París, 856; Mediterráneo, 859;
Francia, 865-892; Inglaterra, 892 842/892
Weland Francia, 861; Imglaterra ? 861/muerto en 863
Maurus Aquitania, 863 863/muerto en 863
Sigfred Aquitania, 865 ?
Ivar el Deshuesado Inglaterra, 865 865/muerto en 873 Tomrar Irlanda, 866 866
Ubbe Inglaterra, 866 866
Halfdan Inglaterra, 866 866/muerto en 876
Guthrum Inglaterra, 875 875/muerto en 890
Oscetel Inglaterra, 875 875
Anwend Inglaterra, 875 875
Sigfred Elsloo, 882; París, 885 882/muerto en 887
Orm Elsloo, 882 882
Sinric París, 885 885/muerto en 887
Ketill Bretaña, 891 891/894
Sikfrith Irlanda, 893 893
Hune Francia, 896 896
Rollon Francia, 911 911/muerto en 932
Ohtor Bretaña, 914; Inglaterra, 917 914/917
Hroald Bretaña, 917; Inglaterra, 917 914/917
Raegnald Irlanda, 914 914
Sitrygg Gale Irlanda, 916 916
Raghenold Francia, 919 921
Felechan Nantes, 931 919/muerto en 931
Incon Bretaña, 931 931
Olav Cuaran Irlanda, 943 943
Aigrold Bretaña, 944 942/944
Ivar Irlanda, 977 942/muerto en 977
Godfred Haraldsson Inglaterra, 980 980
Olav Tryggvasson ¿Rusia?; Inglaterra, 991 991
Sven Inglaterra, 994 994
Anlaf Irlanda, hacia 995 995
Sitrygg Barba de
Seda Irlanda, 999 999
Thorkel el Alto Inglaterra,1009 1009
Olav el Gordo Inglaterra, 1009 1009
Sigurd Irlanda, 1014 muerto en 1014
Brodar Irlanda, 1014 muerto en 1014
Ospak Irlanda, 1014 1014
Knut el Grande Inglaterra. 1015 1015
Harald Hadradi Inglaterra muerto en 1066
Asbjörn Inglaterra, 1069 ?
Arte
Resumen de Estilos.
- Estilo vikingo primitivo. Comienzos de la era vikinga o principios del siglo IX. Nave de Oseberg.
- Estilo de Borre. Mediados del siglo IX - segunda mitad del siglo X. Caracterizado por
la cadena de anillas. Sepultura funeraria de Borre en Vestfold, Noruega.
- Estilo de Jelling. Finales del siglo IX - finales del siglo X. Debe su nombre a una pequeña copa de plata encontrada en el túmulo real danés de Jelling, Jutlandia. Caracterizado por un motivo animalista en forma de cinta.
- Estilo de Mammen. Segunda mitad del siglo X - comienzos del siglo XI. Derivado del estilo de Jelling. La representación animal es menos deforme. Se añaden los motivos vegetales a los motivos animales, rodenándolos.
- Estido de Ringerike. Primera mitad del siglo XI. Los animales aparecen en medio de una maraña de ramas y hojas.
- Estilo de Urnes. Finales de la era vikinga. Animales de forma esbelta, enmarañados entre serpientes y zarcillos.
Literatura
Poesía Antiguo-Nórdica.
La literatura antiguo-nórdica, que con mayor precisión llamaríamos noruego-islandesa, es la más rica y variada de cuantas se conocen bajo la común denominación de "antiguas literaturas germánicas". Tan categórico aserto, del que sólo podría disentir algún devoto estudioso de lo anglosajón, no se invalida por un cotejo con lo que conservamos en los distintos dialectos del ámbito alemán ni, por supuesto, en gótico. Esta supremacía de las viejas letras escandinavas, que ya se justifica bien en el terreno de la prosa (en el que ofrecen todo el variado género de las sagas, con su profusión de relatos históricos, legendarios y mitológicos, así como sustanciosos códigos jurídicos, anales, tratados gramaticales, preceptivas literarias, etc.), no es tampoco menos patente en el campo de la poesía. Tanto por la mayor amplitud de sus temas, como por la peculiar autonomía y originalidad que muestra en la aplicación de sus múltiples recursos formales, la voz antiguo-nórdica resuena aquí poderosa como ninguna en el común concierto de todas aquellas testimoniales literaturas.
Sociedad
Los llamados Vikingos.
El origen de la palabra vikingo sigue siendo oscuro y discutido. En antiguo nórdico, vik significa cala o pequeña bahía, lo que indujo a ciertos especialistas en semántica a deducir que los hombres llamados vikingos se establecían en las calas, desde las cuales lanzaban sus expediciones de pillaje. También podríamos hacer derivar la palabra vikingo de Viken, nombre dado a la región del fiordo de Oslo. Quizá los vikingos fueron en origen gente que procedía de esta región.
En los países que asolaron, nunca se les conoció por el nombre de vikingos. Para la mayoría de los habitantes de Europa occidental, eran los hombres del norte, los Northme. Los autores de los anales francos utilizaban generalmente el término de normandos (normandi), más raramente el de daneses (dani), limitándose en la mayoría de los casos a denominarles piratas. Los cronistas eclesiásticos les designan casi siempre con el término paganos.
Los anglosajones les llamaban danes, cualquiera que fuese su origen. Para los irlandeses, eran los lochlannach, y su patria era Lochlann, el país de los lochs o lagos. También les llamaban gall (los extranjeros), haciendo una distinción entre los extranjeros blancos, que eran los noruegos y los extranjeros negros, los daneses. Algunas crónicas alemanas les designan con el nombre de ascomanni (los hombres del fresno), quizás porque utilizaban esta madera para construir sus barcos. Los árabes de España les aplicaban el término magus (infieles). Para los autores bizantinos y árabes eran los rus, nombre que parece venir de la palabra sueca ruotsi (los remeros). Por último, hacia el final de la era vikinga, los griegos les llamaban varegos (varingjiar en antiguo nórdico).
En la época de los vikingos, el sustantivo vikingo se aplicaba a la expedición. El que participaba en ella era un vikingr. Hoy la palabra se emplea en un sentido más amplio. Aplicándola tanto a los hombres como a la cultura de Escandinavia de aquel período.
Estos diversos nombres designan a los mismos hombres. Algunos venían de Noruega, otros de Suecia o Dinamarca, pero todos eran de origen escandinavo, próximos entre sí por su lengua, su religión y su carácter.
Los vikingos concedían una gran importancia a la igualdad y la libertad. El hecho de que se considerasen todos iguales llamó la atención de los contemporáneos en todos los países que invadieron. Y en efecto, no tenían príncipes, aunque sí jefes, cuya autoridad aceptaban porque eran los más valerosos, los más experimentados y los más ricos de la comunidad. Y las expediciones vikingas se organizaban a su alrededor.
Profundamente individualistas, los vikingos defendían su libertad por encima de todo. Eran mucho más libres en sus comunidades que sus contemporáneos de Europa occidental, integrados en estructuras feudales restrictivas. Poseían un espíritu emprendedor y sentido de la organización y contaban más consigo mismos que con los demás.
Animados por un espíritu de empresa asombroso, los vikingos eran a la vez navegantes, guerreros, agricultores y mercaderes. Sobresalían en todas estas actividades y pasaban de una a otra según las circunstancias con maestría.
Los vikingos eran supersticiosos. Para conjurar a los malos espíritus cuando salían a alta mar, fijaban en la proa de sus navíos una cabeza de dragón o de serpiente. Una de las primeras leyes promulgadas por el Althing islandés obligaba a los navegantes que llegaban a la vista de la isla retirar las cabezas de animales que adornaban las proas de sus navíos, con objeto de no indisponer a los buenos espíritus de la tierra.
El descubrimiento de los grandes espacios marinos y la necesidad de luchar sin tregua contra los elementos para sobrevivir forjaron el carácter de los pueblos escandinavos y contribuyeron a la aparición de esos hombres duros, belicosos, valientes y ávidos de hazañas, a los cuales sus contemporáneos escandinavos dieron un día el nombre genérico de vikingos.
Durante las expediciones se sentían más a gusto a bordo de sus barcos, que consideraban como sus casas, que en tierra firme. El barco era el compañero fiel al que volvían cada noche, al término de agotadoras jornadas. Con mucha frecuencia, le debían el no perder la vida, tanto en los peligros del mar como en la adversidad de la lucha. Aunque excelentes jinetes, preferían remontar los ríos a vela o a remo, mientras tuviesen agua suficiente bajo la quilla. Navegantes hasta en la muerte, el barco se convertía para algunos de ellos en pira funeraria y en él efectuaban el último viaje, que les conducía al Walhalla.
En el combate daban pruebas a la vez de osadía y de prudencia. Demostraban un gran realismo y no se obstinaban cuando la fortuna de las armas les daban la espalda. A menudo las derrotasmencionadas por los cronistas cristianos no fueron más que repliegues tácticos, en ocasiones en que la proporción de fuerzas no se mostraba favorable a los vikingos. La experiencia acumulada durante su tumultuosa existencia tuvo como resultado el hacer madurar su juicio. Cuando sufrían una verdadera derrota, inmediatamente sacaban conclusiones y evitaban arriesgarse de nuevo. Por regla general estaban muy bien informados sobre la situación política y la capacidad de defensa de los países que se proponían atacar, lo que les permitía sacar provecho de todas las posibilidades: debilidad del poder instituido, crisis de sucesión, etc.
Los vikingos sobresalían en el arte de levantar campamentos atrincherados y fortificaciones de campaña. Tan pronto como se detenían en un lugar, cavaban fosas profundas alrededor de su campamento y acumulaban la tierra en montículos, con objeto de protegerse contra cualquier ataque por sorpresa.
Para las poblaciones de Europa occidental, los vikingos no eran más que bárbaros, ya que venían de países extranjeros, cuyos usos y costumbres diferían de los suyos notablemente. En realidad, se trataba de bárbaros civilizados, con costumbres, leyes y una cultura propias que no trataron de imponer a los demás.
Economía
Para el hombre corriente, todos los barcos vikingos eran drakkars. En realidad, los escandinavos utilizaron varios tipos de embarcaciones, cuyas características se fijaban teniendo en cuenta el uso al que estaban destinadas. Las había concebidas especialmente para las acciones guerreras; otras, para ser utilizadas como barcos de carga. Las exigencias técnicas no eran las mismas para los barcos destinados al cabotaje que para los destinados a la navegación de altura.
Los textos posteriores a la era vikinga emplean un vocabulario preciso para designar los diversos tipos de embarcaciones:
- El término "langskip" (barco largo) designaba un barco concebido para las expediciones guerreras. Con objeto de infundirle velocidad, en general era largo y relativamente estrecho. Los langskips estaban dotados de bancos de remo fijos para cuarenta o cincuenta remeros, y existía la costumbre de diferenciarlos en función del número de bancos.
- El "karv", menos importante que el langskip, no estaba dotado de bancos de remo fijos. Según sus dimensiones, el número de remeros variaba de seis (como el karv citado en la Saga de Egil) a treinta y dos (como la nave de Gokstad). Los más pequeños podían utilizarse para la navegación costera, a lo largo de las costas europeas, o en los ríos rusos, mientras que los más grandes, como la nave de Gokstad, eran perfectamente aptos para participar en las expediciones guerreras.
- El término "knarr" designaba una embarcación concebida para el transporte de mercancías a largas distancias. En este tipo de barco se privilegiaba la capacidad de transporte en detrimento de la elegancia de las líneas. Este criterio llevó a los carpinteros de ribera a realizar navíos más anchos y de mayor capacidad que los destinados a las expediciones guerreras. Es probable que hubiera knarrs de diversos tamaños, pensados para necesidades específicas. El único ejemplar encontrado hasta ahora es una de las naves Roskilde. Es corto, (15´90m.) con relación a la anchura (4´80). Se ha calculado que debía tener una carga bruta de quince toneladas de flete. Se emplearon knarrs para colonizar Islandia y Groenlandia y para los viajes con destino a Vinland.
Sin embargo, los navíos construidos en la época vikinga no se emplearon únicamente para cumplir con las tareas a las que estaban destinados, sino que parece que fueron aprovechados en numerosas ocasiones para actividades guerreras.
El término "snekkja" o "skuta" quedaba reservado a un barco pequeño y el de "sheid", al más pequeño de los barcos de guerra, un trece bancos. Los descubrimientos arqueológicos, favorecidos a veces por condiciones de conservación excepcionales, han permitido encontrar un número bastante importante de vestigios de embarcaciones con una datación anterior o contemporánea a la era vikinga. Estos hallazgos arqueológicos permitieron seguir el desarrollo de la construcción naval escandinava.
Los guerreros caídos seguían viviendo su desenfadada y alegre vida. Los muertos en el mar, a menos que hubieran caído en viril lucha, los recogía Ran, la diosa del Aegir, en una red gigantesca. A los "muertos en la paja" les quedaba el subterráneo reino de las sombras y las tinieblas: el Niflheim. Según las antiguas representaciones mitológicas, el Niflheim estaba situado en el Norte, en la tierra de la niebla, de la crepitante escarcha y de la noche perpetua. En época posterior lo pusieron como en la Antigüedad clásica, bajo tierra. Ríos salvajes e impetuosos atronaban aquella mansión. Sobre uno de estos estrepitosos ríos lanzados como cataratas en el mundo subterráneo se levantaba un ancho puente pavimentado con deslumbrante oro. Llevaba al llamado vestíbulo de los muertos, que en su forma primitiva recuerda una gigantesca tumba de hunos, pero que posteriormente adopta cada vez más los rasgos de un sombrío reino del más allá y se convierte en un lugar de expiación.
Este domino está gobernado por la diosa Hell, una reina del mundo subterráneo, la cual, en la forma definitiva de la mitología nórdica establecida por el Edda, resulta ser la hija de Loki. Tenía el poder sobre nueve mundos y vivía en un palacio equiparable al de los Ases y el de los Vanes. Su centro era una poderosa sala de oro a la que también la sombría diosa de los muertos invitaba gustosamente a los amigos. Por raro que parezca, en ninguna parte se dice qué destino le esperaba al gris ejército de sombras de los habitantes del mundo de Hell. Sin embargo, un aburrimiento interminable parece haber aplastado a los "muertos en la paja" en los subterráneos sin luz del mundo terráqueo.
Hávamál
(Los Dichos de Alto*)
01. Por todas las puertas, antes de entrar,
métase el ojo,
mírese bien;
poco se sabe cuándo enemigos
se sientan dentro.
02 "¡Salud al que invita!" Un huésped llega.
¿Dónde se va a sentar?
Inquieto está quien suerte probando
junto al hogar espera.
03 Necesita fuego quien llega de fuera
y frías rodillas trae;
comida y ropa aquel necesita
que ha recorrido montañas.
04 Necesita agua quien llega a convite,
toalla y buena acogida,
un trato amistoso, si puede lograrlo,
conversa y atenta escucha.
05 Necesita cordura quien lejos viaja.
¡Fácil es todo en casa!
En ridículo queda el de poca cabeza,
si está con gente sensata.
06 Nadie presuma de buen sabedor,
más vale andarse con tiento;
prudente que calla a su casa regresa,
de males el cauto escapa.
Nunca se tiene amiga más fiel
que la mucha cordura.
Dioses
Odín
Thor, el Atronador.
Según algunos mitólogos, Thor o Donner (Donar) es el hijo de Jörd (Erda, la Tierra) y de Odín, pero otros afirman que su madre era Frigg, la reina de los dioses. De niño destacó por su gran tamaño y fuerza y, muy poco después de su nacimiento, sorprendió a la asamblea de los dioses levantando y arrojando juguetonamente diez grandes fardos de pieles de oso. Aunque era por lo general de carácter afable, Thor incurría a veces en una cólera terrible y como en esas ocasiones era muy peligroso, su madre, incapaz de controlarle, lo enviaba lejos de su hogar y confiaba su cuidado a Vingnir (el alado) y a Hlora (calor). Estos padres adoptivos, que eran también considerados como la personificación de los relámpagos difusos, pronto lograron controlarle y le criaron tan sabiamente que los dioses guardaron un recuerdo muy agradecido de sus amables servicios. El mismo Thor, consciente de todo lo que se les debía, asumió los nombres de Vingthor y Hlorridi, por los que también se le conoce.
Tyr, el Dios de la Guerra.
Tyr, Tiu o Ziu, era hijo de Odín y, según algunos mitólogos, su madre era Frigga, la reina de los dioses, o una bella gigante cuyo nombre se desconoce, pero que era una personificación del mar furioso. Él era el dios del honor marcial y una de las doce principales deidades de Asgard. Aunque aparentemente no tenía una morada concreta allí, siempre era bienvenido en Vingolf o Valhalla y ocupaba uno de los doce tronos en la gran sala de consejo de Gladsheim. Como dios del valor y dela guerra, Tyr era invocado con frecuencia por varias naciones del Norte, que le aclamaban, al igual que a Odín, para obtener la victoria. Que su jerarquía figuraba detrás de la de Odín y Thor está demostrado por su nombre, Tiu, habiéndoselo dado a uno de los días de la semana, el día Tiu que en inglés moderno se ha convertido en Tuesday (martes). Bajo el nombre de Ziu, Tyr era la divinidad principal de los suevos, que originalmente habían llamado su capital, la actual Ausburgo, Ziusburgo. Esta gente, venerando al dios como lo hacían, solían rendirse culto bajo el emblema de una espada, su atributo distintivo y en su honor se celebraban grandes danzas de espada, donde se interpretaban varias figuras. A veces, los participantes formaban dos largas líneas, cruzaban sus espadas, la apuntaban hacia arriba y retaban al más audaz entre ellos a que diera un salto por encima de ellos. En otros tiempos, los guerreros unían las puntas de sus espadas para formar una rosa o una rueda, y cuando la figura estaba completa, invitaban a su jefe a alzarse sobre el ombligo así formado de hojas de acero reluciente y afilado y entonces lo paseaban por el campamento triunfantes. La punta de la espada llegó posteriormente a ser considerada tan sagrada que se convirtió en una costumbre el hacer juramentos sobre ella.
Bragi, el Origen de la Poesía.
En los tiempos de la guerra entre los Ases y los Vanes, cuando la paz se hubo decretado, un jarrón se trajo a la asamblea, dentro del cual escupieron solemnemente ambos bandos. De esta saliva, los dioses crearon a Kvasir, un ser célebre por su sabiduría y bondad, que recorría el mundo respondiendo a todas las preguntas que se le formulaban, instruyendo y beneficiando de esta manera a la humanidad. Los enanos, habiendo oído de la gran sabiduría de Kvasir, lo codiciaron y, encontrándolo dormido un día, dos de ellos, Fialar y Galar, le mataron a traición y derramaron hasta la última gota de su sangre en tres recipientes: el hervidor Odhroeir (inspiración) y los cuencos Son (expiación) y Boden (ofrenda). Tras mezclar debidamente esta sangre con miel, crearon un tipo de bebida tan inspiradora, que cualquiera que la probase se convertiría inmediatamente en un poeta, pudiendo cantar con un encanto que le haría ganarse con certeza todos los corazones.
Idun y las Manzanas de la Juventud.
Idun, la personificación de la primavera o de la juventud eterna, la cual, según algunos mitólogos, no había tenido un nacimiento y nunca experimentaría la muerte, fue cálidamente bienvenida por los dioses cuando hizo acto de presencia en Asgard junto a Bragi, su esposo. Para asegurarse su afecto, ella les prometió un bocado diario de las maravillosas manzanas que llevaba en su estuche, y que tenían el poder de otorgar la juventud y la belleza eterna a todos aquellos que las saborearan.
Njörd, Rehén de los Ases.
Los Ases y los Vanes intercambiaron prisioneros tras la terrible guerra que habían mantenido entre ellos, y que mientras Hoenir, el hermano de Odín, se había marchado a vivir a Vanaheim, Njörd, junto a sus dos hijos, Frey y Freya, establecieron su hogar definitivamente en Asgard.
Como gobernador de los vientos y del mar cercano a la costa, se le concedió a Njörd el palacio de Noatun, cerca de la costa, desde donde se dice, acallaba las terribles tempestades provocadas por Egir, el dios del mar profundo.
También extendía su protección especial sobre el comercio y la pesca, los dos oficios que podían ser ejercidos ventajosamente sólo durante los cortos meses de verano, de los cuales él estaba considerado en cierta medida la personificación.
Hermod, el Dios Ágil.
Otro de los hijos de Odín era Hermod, su asistente especial, un brillante y joven dios, que estaba dotado de una gran velocidad de movimiento, por lo que era conocido como el dios veloz o ágil. Debido a este importante atributo, Hermod era utilizado habitualmente por los dioses como mensajero y a la más mínima señal de Odín, siempre estaba dispuesto a correrhasta cualquier rincón de la creación para cumplir con los deseos de su padre. Allfather
le regaló un magnífico corselete y casco, con los que se ataviaba a menudo, cuando se preparaba para entrar en batalla y a veces Odín le confiaba el cuidado de la lanza Gungnir, ordenándole que la arrojara sobre las cabezas de los combatientes a punto de luchar para que su ardor pudiera ser transformado en un furia asesina.
Forseti, Dios de la Justicia y de la Verdad.
Hijo de Balder, dios de la luz y de Nanna, diosa de la pureza inmaculada, Forseti era el más sabio, el más elocuente y el más gentil de entre los dioses. Cuando su presencia en Asgard se hizo conocida, los dioses le concedieron un asiento en la sala de consejos, decretando que sería el patrono de la justicia y la rectitud, y le entregaron como residencia el radiante palacio de Glitnir. Esta residencia tenía un techo de plata, se sostenía sobre pilares de oro y brillaba con tal resplandor que podía ser divisado desde una gran distancia.
Heimdall, el Vigilante de los Dioses.
En el transcurso de un paseo en la orilla del mar, Odín vio una vez a nueve bellas gigantas, las doncellas de las olas, Gialp, Greip, Egia, Augeia, Ulfrun, Aurgiafa, Sindur, Atla e Iarnsaxa, profundamente dormidas en las blancas arenas. El dios del cielo quedó tan prendado de las hermosas criaturas que, como relatan los Eddas, se desposó con las nueve y se combinaron, en el mismo momento, para traer al mundo un hijo que recibió el nombre de Heimdall.
Uller, el Dios del Invierno.
Uller, dios del invierno era hijo de Sif e hijastro de Thor. Su padre, que nunca es mencionado en las sagas nórdicas, debió haber sido uno de los terribles gigantes de hielo, pues Uller amaba el frío y se deleitaba en viajar a través del país sobre sus anchos esquís o relucientes patines. Este dios también disfrutaba con la caza y perseguía sus presas a través de los bosques del Norte, preocupándose poco de la nieve y el hielo, contra los cuales estaba bien protegido por las gruesas pieles con las que siempre iba ataviado.
Como dios de la caza y de la arquería, se le representa con una aljaba llena de flechas y un enorme arco y como el tejo produce la mejor madera para la fabricación de estas armas, se dice que ése era su árbol preferido. Para tener un suministro de madera apropiada siempre a mano para su uso, Uller tomó su residencia en Ydalir, el valle de los tejos, que siempre estaba muy húmedo.
Freya, la Diosa del Amor.
Freya, la hermosa diosa nórdica de la belleza y el amor, era hermana de Frey e hija de Njörd y Nerthus, o Skadi. Ella era la más hermosa y la más querida de entre todas las diosas y, mientras que en Alemania se la identificaba con Frigg, en Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia era considerada como una divinidad diferente. Freya, al haber nacido en Vaneheim, también era conocida como Vanedis, la diosa de los Vanes, o como Vanebride. Cuando llegó a Asgard, los dioses quedaron tan prendados por su belleza y elegancia que le concedieron el reino de Folkvang y el gran palacio de Sessrymnir (el espacioso de asientos), donde le aseguraron que podría acomodar fácilmente a todos sus invitados.
Hel.
Hel, diosa de la muerte, era hija de Loki, dios del mal y de la giganta Angurboda, la portadora del infortunio. Ella vino al mundo dentro de una oscura cueva en Jötunheim, junto a la serpiente Iörmungandr y el terrible lobo Fenris ,siendo tal trío considerado como los símbolos del dolor, el pecado y la muerte.A su debido tiempo se dio cuenta Odín de la terrible progenie que Loki estaba cuidando y decidió desterrarles de la faz de la tierra. La serpiente fue por tanto arrojada al mar, donde sus retorcimientos causaban supuestamente las más terribles tempestades; el lobo Fenris fue atado con cadenas, gracias al intrépido y valiente Tyr, y Hel, la diosa de la muerte, fue arrojada a las profundidades de Niflheim, donde Odín le concedió el poder sobre los nueve mundos.
, el Dios del Mar.
Además de Njörd y Mimir, que eran ambos divinidades marinas, las razas nórdicas reconocían otro gobernador del mar, el que representaba el mar cercano a la costa y el océano primitivo, de donde todas las cosas supuestamente emergieron, llamado Egir o Hler, que vivía o bien en las frías profundidades de su reino acuático o bien en la isla de Lessoe, en Cattegat, o Hlesey.
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